Distraducciones científicas tradicionalizadas
El lenguaje científico está plagado de términos mal traducidos que, a fuerza de leerlos, estudiarlos, enseñarlos y escribirlos mal, estamos acostumbrados a que sean así y no nos planteamos si podrían haberse acuñado mejor. El gran problema hoy en día es como con la Biblia: los errores de traducción están ya tan asentados que más vale "no meneallos ni enmendallos". Veamos algunos ejemplos.
Grupo prostético (prosthetic group): se trata del componente no aminoacídico, por lo general de poca masa molecular, que forma parte de la estructura de algunas proteínas y que se halla fuertemente unido al resto de la molécula. No debe confundirse con el cofactor, que está unido a la proteína por un enlace no covalente. Sin embargo, el diccionario de la Real Academia Española registra "prostético", pero nos remite a "protético", que es el adjetivo derivado de la figura gramatical "prótesis", una figura de dicción que consiste en añadir algún sonido al principio de un vocablo. Pero el mismo diccionario nos indica que en medicina, la palabra "prótesis" es un procedimiento mediante el cual se repara artificialmente la falta de un órgano o parte de él (con este significado también se usa el término inglés prosthetic). Y todos sabemos que en medicina, el adjetivo de prótesis es "protésico". Por tanto, quizá hubiera sido más acertado llamarlo en español grupo protésico, o directamente prótesis, porque al fin y al cabo, desde el punto de vista bioquímico, no son más que una ayuda a una proteína que sería afuncional sin su "prótesis". Es más, cualquier profano entendería lo que es una prótesis para una proteína, pero no tiene ni idea de lo que es un grupo prostético de una proteína.
Quizá alguno piense que he abusado del papel de fumar en el caso anterior. No voy a discutirlo (recordad que he empezado advirtiendo que a veces es mejor no meneallo). Pero lo bueno es que me permite introducir otro término de traducción dudosa. En el párrafo precedente ha aparecido el adjetivo "aminoacídico", procedente del sustantivo aminoácido (amino acid), que designa un compuesto orgánico que tiene un grupo amino (—NH2) y un grupo carboxilo (—COOH). Conocemos 20 aminoácidos proteinógenos, pero es obvio que, por la definición dada, hay muchos más. El problema con esta traducción reside en que las reglas de la nomenclatura orgánica indican que el carácter ácido es el más importante, por lo que cualquier compuesto orgánico con un —COOH debe llamarse ácido. Por tanto, yo creo que hubiere sido (¿alguien se acuerda del futuro de subjuntivo?) más correcta una traducción gramatical del término inglés, y llamarlos ácidos con amino, o mejor ácidos aminados, que curiosamente es el término que se utiliza en francés (que en estas cosas de traducción científica suele ir por delante del español).
Y ya que estamos con los ácidos, centrémonos en el compuesto hydroxyapatite, ese constituyente inorgánico de la matriz de los huesos y los dientes compuesto por fosfato de calcio cristalino, con la fórmula Ca5(PO4)3(OH). Para usos médicos, hay variantes en las que se sustituye el calcio por bario o estroncio. El término hydroxyapatite lo podemos encontrar traducido tanto en masculino como en femenino, mientras la Wikipedia dice que la Asociación Mineralógica Internacional tira por el camino de en medio y recomienda llamarlo apatito-(CaOH). Lo cierto es que los compuestos inorgánicos acabados en -ite corresponden a sales que se traducen en masculino (sulfito, hipoclorito, nitrito). Dado que también se utiliza este compuesto en cromatografía de intercambio iónico por sus cargas negativas (del fosfato) y positivas (del calcio), nos podría llevar a pensar que se debe traducir por hidroxiapatito. Sin embargo, nunca encontraremos un hidroxiapatito de sodio ni un hidroxiapatito de bario, porque hydroxyapatite realmente no se comporta como un ion orgánico, sino que da nombre a un mineral. Precisamente, los minerales acabados en -ite se traducen por "-ita", como circonita, ferrita, montmorillonita, clorita o cianita. Por tanto, lo más correcto será el femenino, hidroxiapatita.
M. Gonzalo Claros Díaz
http://medicablogs.diariomedico.com/laboratorio/2013/10/01/distraducciones-cientificas-tradicionalizadas/
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