Nueva ortografía (III): reducción de vocales iguales consecutivas

Qué ha cambiado

Hasta donde yo sé, la RAE no había prestado hasta ahora atención a esta importante cuestión ortográfica. En la Ortografía del 2010, sin embargo, le dedica un amplio apartado en el capítulo I de la primera parte (apartado 6.5.1.1 "Reducción de secuencias de dos vocales iguales", págs. 164 a 173), con abundancia de explicaciones y casuística exhaustiva. En el caso de palabras formadas por prefijos o elementos compositivos terminados en vocal antepuestos a raíces que comienzan por esa misma vocal, por lo general "se recomienda emplear con preferencia las grafías simplificadas, siempre que la reducción vocálica se halle generalizada en la lengua oral y no existan problemas de identificación del término o de confluencia con otro ya existente de diferente significado, ya que son las formas con reducción vocálica las que han acabado triunfando históricamente en el uso en situaciones similares".

Conviene destacar que esta novedosa recomendación de la RAE se aplica no solo a las palabras en las que dicha reducción vocálica se había impuesto ya gráficamente en el uso, como aguardiente, drogadicto, monóculo, monóxido, paraguas, radioyente, rescaldar, sobrescribir, telespectador o tragaldabas, sino también a los casos, muy numerosos, en los que la reducción ahora recomendada por la RAE es todavía minoritaria o puede suscitar inicialmente extrañeza, como es el caso de autobservación, megatentado, mininvestigación, multinstitucional, proccidental, teleducación, tetratómico y vicentrenador.

Juicio personal

En el año 2000, cuando en ninguna parte se recomendaba esta reducción generalizada de vocales iguales, me atreví a proponerla para el lenguaje médico en la primera edición de mi Diccionario crítico de dudas inglés-español de medicina (Madrid: McGraw-Hill·Interamericana, 2000; pág. 28). Opté por dar prioridad a la homogeneización y a la racionalización de nuestro lenguaje especializado sobre el uso habitual entre médicos, aun a sabiendas de que ello habría de valerme fuertes críticas. Fueron muchos, de hecho, los médicos, redactores y editores científicos que criticaron y rechazaron mi propuesta de pasar a escribir antinflamatorio, cicloxigenasa, intrarticular, microrganismo y polinsaturado, entre otras muchas formas simplificadas.

Más de diez años después, puede entenderse bien —creo— la alegría que me produjo el ver que nada menos que la RAE y la Asale pasan a recomendar oficialmente la simplificación de la doble vocal en estas palabras especialmente frecuentes en el lenguaje especializado de la medicina, tan dado a la prefijación y a la composición como mecanismos neológicos. Insisto nuevamente en el hecho de que la RAE ha pasado a recomendar la simplificación de las secuencias de dos vocales idénticas incluso en los casos en los que la forma simplificada sea aún minoritaria en el uso escrito. De hecho, en la Ortografía del 2010 recomienda expresamente la forma simplificada para numerosos tecnicismos científicos o médicos aún minoritarios, como antinflamatorio, contranálisis, dermóptica, disocianato, electróptico, endóseo, extrabdominal, fotoxidación, ginecobstetricia, hematoncológico, intrarticular, lipoxigenasa, microrganismo, monovular, polinsaturado, preclamsia [sic], psicorgánico, quimiorganotrofo, seminconsciente, sobresfuerzo, supraórtico y toxinfeccioso.

El lector interesado encontrará más información en el cuadro A7 [anti‑inflammatory] del Diccionario de dudas y dificultades de traducción del inglés médico (3.ª edición); versión electrónica 3.02. Madrid: Cosnautas, 2014.

Fernando A. Navarro
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